Me gusta, cuando por circunstancias de la vida hay que comprar pequeñas cosas que un hipermercado no puede ofrecerte, como un muelle, un hilo mágico, cerraduras o un saco de arpillera. Por eso, poco a poco me he recorrido todas esas tiendas que parecen olvidadas pero que todavía sobreviven a este vértigo consumista de obsolescencia programada. Porque ahora, si se nos rompe una bombilla, vamos al IKEA y compramos un pack de 3.
Todo esto viene porque el otro día tuve que ir a comprar 4 muelles y dí con esta tienda de muelles, un lugar tan mágico que no tiene explicación posible. De hecho, no soy el único al que le llama la atención. De repente me ví entre un laberinto de hierro enroscado. Estaba tan emocionado que ya me imaginaba al dependiente con el pelo rizado:))
Recordando todo estos años en la capital, me he ido dando cuenta de que me he convertido en un asiduo de estas tiendas, os dejo algunas de mis preferidas: empezamos el recorrido por una de las tiendas más anticool de Madrid: Curtidos Villaverde: artículos de marroquinería y utillería. De ahí es nuestra flamante remachadora y todos sus recambios (ojetes, pinches, calotes, ollaos y sacabocados). Un poco más arriba, cerca de la plaza Mayor no encontramos con Encuadernación Amillo que nos ha proporcionado la prensa de sacar cajos, un telar y montón de útiles de encuadernación (punzones, plegadora de hueso, hilo, cordeles, cuero, tarlatana…). Como ahí no queda la cosa, a veces bajo por la Plaza Mayor de camino a Alchemy y paro por Casa Herranz, denominada como alpargatería, pero allí podéis encontrar todo tipo de telas curiosas: arpillera, bramante, tergaz y hasta petates militares. Y así seguiría un buen rato de tiendas. Éste es mi shopping favorito, el que te permite comprar una cosa específica. Y si, también me gusta comprar muelles, porque así puedo saltar más alto.